Enlace referente a la obediencia y desobediencia:
La OBEDIENCIA y la DESOBEDIENCIA
Lo Que Dice LA BIBLIA Acerca de
LA FE CON BUENAS OBRAS
Mateo 5:16 dice: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, PARA QUE VEAN VUESTRAS BUENAS OBRAS, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
Juan 3:19-21 dice: "Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, PORQUE SUS OBRAS ERAN MALAS. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, PARA QUE SUS OBRAS (Malas) NO SEAN REPRENDIDAS. Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto QUE SUS OBRAS SON HECHAS EN DIOS" (Buenas Acciones Vs Malas Acciones - No hagas malas obras).
BUENAS OBRAS Vs MALAS OBRAS
Efesios 2:8-10 dice: "Porque por gracia sois salvos, POR MEDIO DE LA FE (En Cristo); y esto no de vosotros, pues es don de Dios; NO POR OBRAS (de misericordia), para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, CREADOS EN CRISTO JESÚS PARA BUENAS OBRAS, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas"(Las buenas obras por sí solas, sin la fe en Jesús, no sirven de nada para la salvación; Pero, la fe en Jesús, sin las buenas obras, tampoco sirve de nada).
Efesios 5:11 dice: "Y NO PARTICIPÉIS EN LAS OBRAS INFRUCTUOSAS DE LAS TINIEBLAS, sino más bien reprendedlas".
Colosenses 1:10 dice: "Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, LLEVANDO FRUTO EN TODA BUENA OBRA, y creciendo en el conocimiento de Dios".
Colosenses 1:21 dice: "Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, HACIENDO MALAS OBRAS, ahora os ha reconciliado".
1 Timoteo 2:10 dice: "SINO CON BUENAS OBRAS, como corresponde a mujeres que profesan piedad".
LA FE EN JESÚS SIN BUENAS OBRAS,
ES UNA FE MUERTA
LA FE EN JESÚS CON BUENSA OBRAS,
ES UNA FE VIVA
-¿Qué dice la Biblia sobre la desobediencia?
Muchas personas se preguntan qué dice la Biblia sobre la desobediencia. La Biblia define la desobediencia como cualquier elección que es contraria a lo que Dios ha instruido. La desobediencia de Adán resultó en la humanidad siendo separada de Dios. Las naciones de Israel y Judea fueron destruidas debido a la desobediencia de las leyes de Dios. La obediencia siembre ha sido la respuesta, pero la desobediencia tiene sus consecuencias, incluso después del arrepentimiento.
Efectos
En la Biblia, la desobediencia siempre ha tenido sus consecuencias. Por ejemplo, la Biblia comparte en Juicios 2:6-23 que, después de que Josué murió, los israelitas desobedecieron y adoraron a otros dioses, dentro de otros actos de desobediencia. Dios se enfureció e impuso las consecuencias, como vender a su pueblo a la esclavitud y permitir que Israel fuera derrotado en la batalla. Fue debido a la desobediencia de Josué que Babilonia derrotó a la nación y tomó al pueblo de Dios en cautiverio (I Crónicas 9:2).
Advertencia
Consecuencias de la Desobediencia
Deuteronomio 28:15-68Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy (NBLH)
15 “Pero sucederá que si no obedeces ala] Señor tu Dios, y no guardas todos Sus mandamientos y estatutos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:
16 “Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo.
17 “Malditas serán tu canasta y tu artesa.
18 “Maldito el fruto de tu vientre y el productob] de tu suelo, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño.
19 “Maldito serás cuando entres y maldito serás cuando salgas.
20 “El Señor enviará sobre ti maldición, confusión y censura en todo lo que emprendasc], hasta que seas destruido y hasta que perezcas rápidamente, a causa de la maldad de tus hechos, porque Me has abandonado. 21 El Señor hará que la peste se te pegue hasta que te haya consumido de sobre la tierra adonde vas a entrar para poseerla. 22 Te herirá el Señor de tisis, de fiebre, de inflamación y de gran ardor, con la espadad], con pestes y plagas; y te perseguirán hasta que perezcas. 23 El cielo que está encima de tu cabeza será de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.24 El Señor hará que la lluvia de tu tierra sea polvo y ceniza; descenderá del cielo sobre ti hasta que seas destruido. 25 El Señor hará que seas derrotadoe] delante de tus enemigos; saldrás contra ellos por un camino, pero huirás por siete caminos delante de ellos, y serás ejemplo de terror para todos los reinos de la tierra.
26 “Y tus cadáveres serán alimento para todas las aves del cielo y para los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante.
27 “El Señor te herirá con los tumores de Egipto y con úlceras, sarna y comezón, de los que no podrás ser sanado. 28 Te herirá el Señor con locura, con ceguera y con turbación de corazónf]; 29 y andarás a tientas a mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; más bien serás oprimido y robado continuamente, sin que nadie te salve. 30 Te desposarás con una mujer, pero otro hombre se acostará con ella; edificarás una casa, pero no habitarás en ella; plantarás una viña, pero no aprovecharás su frutog]. 31 Tu buey será degollado delante de tus ojos, pero no comerás de él; tu asno será arrebatado, y no te será devuelto; tu oveja será dada a tus enemigos, y no tendrás quien te salve. 32 Tus hijos y tus hijas serán dados a otro pueblo, mientras tus ojos miran y desfallecen por ellos continuamente, pero no habrá nada que puedas hacerh]. 33 Un pueblo que no conoces comerá el producto de tu suelo y de todo tu trabajo, y no serás más que un pueblooprimido y quebrantado todos los días. 34 Y te volverás loco por lo que verán tus ojosi]. 35 Te herirá el Señor en las rodillas y en las piernas con llagas malignas de las que no podrás ser sanado, desde la planta de tu pie hasta la coronilla.
36 El Señor te llevará a ti y a tu rey, al que hayas puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres han conocido, y allí servirás a otros dioses de madera y de piedra.37 Y vendrás a ser motivo de horror, proverbio y burla entre todos los pueblos donde el Señor te lleve.
38 “Sacarás mucha semilla al campo, pero recogerás poco, porque la langosta la devorará. 39 Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás del vino ni recogerás las uvas, porque el gusano se las comerá. 40 Tendrás olivos por todo tu territorio pero no te ungirás con el aceite, porque tus aceitunas se caerán. 41 Tendrásj] hijos e hijas, pero no serán tuyos, porque irán al cautiverio. 42 Todos tus árboles y el fruto de tu suelo los consumirá k] la langostal].
43 El extranjero que esté en medio de ti se elevará sobre ti cada vez más alto, pero tú descenderás cada vez más bajo. 44 El te prestará, pero tú no le podrás prestar. El será la cabeza y tú serás la cola.
45 “Todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te perseguirán y te alcanzarán hasta que seas destruido, porque tú no escuchaste la voz del Señor tu Dios, y no guardaste los mandamientos y estatutos que El te mandó. 46 Ellas serán señal y maravilla sobre ti y sobre tu descendenciam] para siempre. 47 Por cuanto no serviste al Señor tu Dios con alegría y con gozo de corazón, cuando teníasn] la abundancia de todas las cosas,48 por tanto servirás a tus enemigos, los cuales el Señor enviará contra ti: en hambre, en sed, en desnudez y en escasez de todas las cosas. El pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya destruido.
49 “El Señor levantará contra ti una nación de lejos, desde el extremo de la tierra, quedescenderá veloz como águila, una nación cuya lengua no entenderás, 50 una nación de rostro fiero que no tendrá respeto al anciano ni tendrá compasión del niñoo]. 51 Se comerá la críap] de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta que seas destruido; tampoco te dejará grano, ni vino nuevo, ni aceite, ni el aumento de tu ganado, ni las crías de tu rebaño, hasta que te haya hecho perecer.
52 Y esa nación te pondrá sitio en todas tus ciudadesq], hasta que tus muros altos y fortificados en los cuales tú confiabas caigan por toda tu tierra; y te sitiará en todas tus ciudadesr], por toda la tierra que el Señor tu Dios te ha dado. 53 Entonces comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el Señor tu Dios te ha dado, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimirás]. 54 El hombre que es tiernot] y muy delicado en medio de ti, será hostilu] hacia su hermano, hacia la mujer que amav] y hacia el resto de sus hijos que le queden, 55 y no dará a ninguno de ellos nada de la carne de sus hijos que se comerá, ya que no le quedará nada en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimiráw] en todas tus ciudadesx].56 La mujer tiernay] y delicada en medio tuyo, que no osaría poner la planta de su pie en tierra por ser delicada y tierna, será hostilz] hacia el esposo que amaaa], también hacia su hijo, hacia su hija, 57 hacia la placenta que salga de su senoab] y hacia los hijos que dé a luz; porque se los comerá en secreto por falta de otra cosa, en el asedio y en la angustia con que tu enemigo te oprimiráac] en tus ciudadesad].
58 “Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo (reverenciando) este nombre glorioso y temible, el Señor tu Dios, 59 entonces el Señor hará horribles tus plagas y las plagas de tus descendientesae], plagas severasaf] y duraderas, y enfermedades perniciosas y crónicas. 60 Y traerá de nuevo sobre ti todas las enfermedades de Egipto de las cuales tenías temor, y no te dejaránag].
61 También el Señor traerá sobre ti toda enfermedad y toda plaga que no están escritas en el libro de esta ley, hasta que seas destruido. 62 Entonces quedarán pocos de ustedes en número, aunque eran multitud como las estrellas del cielo, porque no obedeciste alah] Señor tu Dios. 63 Y sucederá que tal como el Señor se deleitaba en ustedes para prosperarlos y multiplicarlos, así el Señor se deleitará en ustedes para hacerlos perecer y destruirlos; y serán arrancados de la tierra en la cual entran para poseerla.
64 Además, el Señor te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido. 65 Y entre esas naciones no hallarás descanso, ni habrá reposo para la planta de tu pie, sino que allí el Señor te dará un corazón temeroso, desfallecimiento de ojos y desesperación de alma. 66 Tendrás la vida pendiente de un hiloai]; y estarás aterrado de noche y de día, y no tendrásseguridad de tu vida. 67 Por la mañana dirás: ‘¡Oh, si fuera la tarde!’ Y por la tarde dirás: ‘¡Oh, si fuera la mañana!’ por causa del espanto de tu corazón con que temerás y por lo que verán tus ojosaj]. 68 Y el Señor te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual yo te había dicho: ‘Nunca más volverás a verlo.’ Y allí ustedes se ofrecerán en venta como esclavos y esclavas a sus enemigos, pero no habrá comprador.”
EL AMOR OBEDIENTE
Él llama a David como un “varón conforme a mi corazón” (Hch.13:22) Esto se refería a la obediencia del Rey David. Contrariamente Dios compara la desobediencia con el pecado de adivinación (1S.15:23) y bajo la ley mosaica un hijo rebelde debía ser apedreado sin más. (Dt.21:18-21) También encontraremos que “guardar” también se refiere a obedecer (Jn.14:15, 23)
Vemos en el Señor Jesucristo el ejemplo de un hijo obediente. El fue obediente a la voluntad de su Padre (Jn.6:38-39); El no fue de ninguna manera inferior al Padre, y dijo, “Yo y el Padre uno somos.” (Jn.10:30). Según Filipenses 2:5-8, Jesús se hizo obediente hasta la muerte. Siendo su “comida” hacer la voluntad de quien lo envió (Jn.4:34). De igual manera. En su infancia el Señor se sujeto a su madre terrenal y a José. Vea Lucas 2:51.
Algunas áreas de autoridad que requieren la obediencia del cristiano:
- Siempre cuando Dios nos hable a través de su palabra para hacer cambios en cuanto a actitudes y/o conductas morales, ya sea para con Él o para con nuestros semejantes.
- En el matrimonio (para los casados) Las casadas deben estar sujetas a sus maridos
- En el hogar. Los hijos deben obedecer a sus padres.
- En el trabajo. Los siervos deben ser obedientes a sus amos.
- En la sociedad. Cada ciudadano debe someterse a las autoridades superiores.
- En nuestra iglesia. Los miembros deben sujetarse a su pastor.
En cada uno de estas áreas Dios espera nuestra obediencia (y con una buena actitud) a las autoridades establecidas tal como lo haría a él. Sin embargo, en cada una de estas áreas es donde encontramos mayor rebeldía hoy en día – abuso de autoridad, tiranía en el hogar (de esposa a esposo o viceversa), niños rebeldes, sindicatos militantes, anarquistas y miembros de iglesias que continuamente se oponen al pastor.
Estas cosas no deben ser nombradas en nuestras vidas – ya vimos la opinión que Dios tiene de la rebelión. Si una autoridad está fallando, es decir el líder o el responsable, Dios se ocupara de él. Deje a Dios – no intente de rectificarlo usted mismo usurpando la autoridad. ¡Esto sería un error también!
Entonces. De de esta manera:
- Hago la voluntad de Dios;
- Hago progresar el reino de Dios – Su programa para este mundo.
- Haciendo lo que Dios manda es lo que trae las bendiciones de Dios.
- Haciendo lo que Dios me mandó es lo que trae las recompensas en el futuro.
- Haciendo lo que dios me manda es lo que es lo mejor para mí y para los demás.
Para hacer la Voluntad de Dios, y así realizar lo que es lo mejor para nosotros:
- Debemos identificar los preceptos y principios morales en la Biblia que se aplican a nosotros.
- Debemos identificar los preceptos y principios morales que debemos desarrollar en nuestras vidas.
- Debemos identificar los preceptos que obedecemos voluntaria, inmediata y gozosamente.
Entonces, ¿Sera que siempre me conviene hacer la voluntad de Dios? La respuesta a esta pregunta es una cuestión de lógica: Por un lado creemos que Dios es un padre bueno, que nos ama y siempre desea lo mejor para nosotros. Pero alguien podría argumentar que nuestros padres terrenales también son buenos, nos aman, y siempre desean lo mejor para nosotros, y sin embargo a veces pueden equivocarse al darnos un consejo, o no saber exactamente qué es lo mejor para nosotros. Incluso otras veces puede que sepan que es lo mejor para nosotros, pero no nos lo puedan dar o no puedan ayudarnos a conseguirlo, debido a sus limitaciones humanas.
Aquí entran en juego otros atributos (otras características) que conocemos de Dios: El es perfecto (ES decir que nunca se equivoca) y omnisciente (es decir lo sabe todo). Ah, y además, ¡es omnipotente (es decir lo puede todo)!
Ahora, si le sumamos a todo esto el hecho de que Dios es un padre bueno, entonces podemos contestar con total seguridad que sí. La lógica nos confirma que siempre nos conviene hacer la voluntad de Dios porque El no solo quiere darnos lo mejor, sino que sabe exactamente qué es lo mejor, y además puede hacer lo necesario para que tengamos lo mejor.
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 NVI
Cabe aclarar que esto es válido ya sea que entendamos o no la voluntad de Dios en determino momento. Puede ser que a veces la entendamos y a veces no, porque nosotros solo vemos a corto plazo. El ve el cuadro terminado.
Así que no es una cuestión de “sentir” o de “entender” para que resulte bueno hacer la voluntad de Dios. Recuerda esto para que tus pensamientos, emociones, o sensaciones no te desvíen: Siempre nos conviene hacer la voluntad de Dios porque siempre será buena para nosotros.
Si no nos ponemos serios en hacer esto, no vamos a progresar espiritualmente. Nuestra vida moral será nada más que un tipo de sube y baja, sin avanzar. Sin embargo, esto debe a animarnos a ir conociendo la voluntad revelada y escrita de Dios (Su Palabra) y adoptar la voluntad de Dios para que sea la nuestra por forzar nuestra voluntad a que se conforme con la voluntad de Dios.
¿Hijos de Desobediencia?
Respuesta:
La Biblia hace una clara distinción entre "los hijos de Dios" y aquellas personas que no lo son. No solamente en el Nuevo Testamento sino aún antes del diluvio encontramos esta distinción (Génesis 6:2). Además, Cristo insistió que muchos de los judíos no eran hijos de Dios sino hijos del diablo (Juan 8:38-47). Comprueba esta acusación por las actitudes y acciones de estas personas que les identificaban como hijos del diablo, no hijos de Dios y esto a pesar de ser judíos.
Claro está que en el sentido que Dios da origen a la vida de TODA persona, todos somos "hijos" de Dios. En este sentido TODOS somos hermanos, de la misma familia HUMANA. Pero esto es en un sentido PURAMENTE material SIN tomar en cuenta la realidad ESPIRITUAL. La FAMILIA DE DIOS en nuestro tiempo se limita a la iglesia de Dios (I Timoteo 3:15) Se limita a aquellos que han NACIDO en esta familia (Juan 3:3,5).
PERO si alguno quiere decir que en cierto sentido TODOS los hombres son y siempre serán hijos de Dios, no vale la pena discutirlo.** Lo importante es que comprenda que uno que no ha nacido de nuevo por medio de la obediencia al evangelio NO puede heredar las promesas del Padre. También que entienda que un cristiano que no es guiado por el Espíritu Santo NO puede heredar las bendiciones que Dios prepara para Sus hijos fieles.**
Los "hijos" mencionados en Efesios 2:2,3 viven de acuerdo con la voluntad del diablo; son egoístas y carnales; y como consecuencia de ser desobedientes están bajo la ira de Dios. Si seguimos leyendo, aprendemos que NO TIENEN VIDA (Efesios 2:5). No han sido "creados en Cristo Jesús" todavía (Efesios 2:10). ¿En qué sentido pueden ser "hijos?” NO es por haber nacido en la familia de Dios. Es UNICAMENTE porque recibieron su vida de Dios. NO hay NINGUN consuelo ni NINGUNA bendición al llamarles "hijos" a estas personas. NO son "hijos" de Dios en el sentido de haber NACIDO DE NUEVO sino únicamente "hijos" que por su desobediencia han perdido la vida espiritual que Dios les dio cuando fueron concebidos en el vientre de su madre, "hijos" que no gozan de ningún privilegio con el Padre, no tienen ninguna herencia de su Padre ni tienen ninguna parte en la familia de Dios.
¿Qué enseña el Nuevo Testamento acerca de la ley y la gracia?
¿Cuál es el significado de la gracia? ¿Acaso ésta anula —“invalida” — la ley? ¿Es la gracia una “licencia” para pecar? ¿Significa “no bajo la ley” que la gracia ha reemplazado — y eliminado cualquier necesidad de que los cristianos produzcan buenas obras? ¿Qué enseñaron Cristo y Sus apóstoles? ¿Qué dice la Biblia realmente?
¿Cuál es la enseñanza del Nuevo Testamento acerca de la “ley y la gracia”? ¿Es una o la otra — ley versusgracia — o ambas — ley y gracia? Este es un tema de gran controversia, que deja a muchos confundidos.Esto no debe ser así. ¡Aquí está la clara enseñanza de la Biblia!
El significado de la gracia en el Nuevo Testamento no tiene nada que ver con abolir las leyes de Dios. Los falsos maestros que promueven la “gracia” por encima de la obediencia ignoran que el Nuevo Testamento fue escrito para aquellos a quienes Dios llama para asumir posiciones de gran responsabilidad en Su reino. Estos falsos maestros malentienden porque Dios ni les ha abierto las mentes, ni les ha dado Su Espíritu Santo, que es necesario para comprender Su verdad.
El llamamiento cristiano (Rom. 8:29-30) está basado en la gracia — perdón inmerecido de los pecados pasados y misericordia tras un arrepentimiento genuino. Los cristianos entienden que la propia salvación ofrecida a ellos es una dádiva, y que deben continuar viviendo una vida de obediencia (Hechos 5:32, Juan 14:15) y perseverancia.
La ley en perspectiva
La mayoría de religiosos afirman que la ley de Dios fue abolida por el sacrificio de Jesucristo. Ellos piensan que la humanidad ya no está agobiada por los estrictos requisitos de esa “dura ley” que se interpone en su camino a la libertad — de “pasarla bien”. Pero el apóstol Pablo escribió, en Romanos 7:7: “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás”. La mayoría de eclesiásticos han condenado tradicionalmente la ley mientras que absuelven el pecado. Sin embargo, no es la ley la culpable, sino elpecado. Por nosotros mismos, no podemos descubrir la ley perfecta de Dios. Dios tiene que revelarla y enseñárnosla.
Los líderes del cristianismo profeso insisten que la ley espiritual de Dios — los Diez Mandamientos — está abolida. Ellos la llaman la “ley de Moisés”, afirmando que fue abolida mediante el sacrificio de Cristo. Pero ellos no saben la diferencia entre los rituales de sacrificio levíticos, la ley de Moisés y la ley de Dios.
Los Diez Mandamientos no fueron llamados la ley de Moisés, sino más bien la ley de Dios. La ley de Moisés consistía de: (1) las leyes civiles — los estatutos y juicios que Moisés trasmitió al pueblo de parte de Dios, registrados en Éxodo 21-23 y los libros restantes de la Ley — y (2) las leyes rituales (del griego: ergon) añadidas posteriormente, resumidas en Hebreos 9:10. Estas ordenanzas regularon los sacrificios levíticos (Lev. 1-7) y las funciones relacionadas. Ergon significa “obras”, como en las “obras de la ley” (Gál. 2:16). Esto se refería al trabajo que involucraba los rituales levíticos abolidos por el sacrificio de Cristo.
Los Diez Mandamientos nunca fueron parte de la ley de Moisés o del sistema levítico de sacrificios. Las leyes y los sacrificios civiles estaban basados en los Mandamientos de Dios, los cuales constituyen la base de las leyes de Dios. Por lo tanto, los Diez Mandamientos preceden y trascienden cualquier ley menor que esté basada en ellos — estatutos, juicios, preceptos y ordenanzas. La mayoría de los cristianos profesos etiquetan falsamente los Diez Mandamientos como el “Antiguo Pacto”. Sin embargo, el Antiguo Pacto estaba basado en los Diez Mandamientos, que precedieron y trascendieron al Antiguo Pacto.
Considere esta analogía: La idea promovida por la mayoría de los cristianos profesos — que la ley espiritual de Dios, los Diez Mandamientos, han sido abolidos — es tan ridícula como decir que las leyes físicas de la gravedad y la inercia ya no están vigentes. Los teólogos no pueden negar las leyes de Dios más de lo que los científicos pueden invalidar las leyes de la gravedad y la inercia.
¿Cómo vieron los líderes de la Iglesia del Nuevo Testamento las leyes de Dios? Pablo escribió: “De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7:12). El apóstol Juan escribió: “Pues este es el amor de Dios, que guardemos Sus mandamientos; y Sus mandamientos no son gravosos” (I Juan 5:3). Y Cristo resumió el asunto, diciendo: “…mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mat. 19:17).
En Mateo 7:21, Él también dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, ¡sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos!”
Cristo y los apóstoles no descartaron la ley de Dios. El cristianismo falsificado tomó esta medida drástica en el primer siglo — y el mundo lo ha seguido ciegamente desde entonces.
La “gracia” del falso cristianismo
Examinemos la enseñanza de la gracia del cristianismo tradicional. Ésta enseña que el Antiguo Pacto era los Diez Mandamientos. Ésta sostiene que Cristo vino a establecer un “nuevo pacto” que contiene sólo gracia y promesas — libertad de hacer lo que a uno le plazca. La ley no está incluida en su paquete. En sus propias mentes, estos religiosos creativos han ideado una forma de “pasarla bien” y tener la conciencia limpia. Ellos tenían que eliminar el origen de su molesta culpabilidad. La solución fue simple: “La gracia por sí sola ‘salva’ a los hombres. La carga de guardar los mandamientos ya no es necesaria”.
Esta enseñanza diabólica lo llevaría a pensar que la ley de Dios es dura y cruel. Ésta proclama que el defecto del Antiguo Pacto estaba en la ley, y puesto que Dios dio la ley, el error debe haber sido suyo. Lea lo que Cristo les dice a aquellos que siguen estos falsos preceptos: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres…Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (Marcos 7:7-9).
Note la advertencia que Dios inspiró en el libro de Judas: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3-4).
Incluso antes que el Nuevo Testamento fuera escrito completamente, los hombres impíos se habían introducido en la Iglesia en un intento por corromperla al convertir la gracia en libertinaje. Este fue precisamente el falso evangelio enseñado por Simón el Mago, Nicolás de Samaria, Cerinto y otros “fundadores” del cristianismo falsificado.
Libertinaje significa “licencia para pecar”. También podría ser definida como “libertad sin restricción” o “abuso del privilegio”. En esencia, esto quiere decir licencia para hacer lo que parece correcto a nuestros propios ojos, conforme a nuestra propia conciencia.
Al igual que Simón el Mago (Hechos 8:9-24) y otros convirtieron la gracia de Dios en licencia para desobedecer Su ley, esta misma actitud impregna las mentes de la mayoría de de los cristianos profesos hoy.
El mensaje universal de la mayoría de los púlpitos dice falsamente que Cristo abolió la ley de Su Padre — pero su Biblia dice lo contrario. Nadie puede nacer en el reino de Dios a menos que se someta completamente a la autoridad de Dios.
Gracia — La verdadera definición
El Nuevo Diccionario universitario de Webster define la gracia como “favor, bondad y misericordia”. El uso eclesiástico es definido como “divina misericordia y perdón”. No se hace mención sobre la gracia siendo licencia para desobedecer la ley de Dios. Estar “bajo la gracia” significa que se extendió misericordia y perdóncomo resultado de un arrepentimiento sincero y la resolución de obedecer a Dios.
Esto es mejor explicado en Romanos 6:14-15: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros: pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera”. Muchos malentienden el concepto de “bajo la ley”, el cual significa bajo la penalidad de la ley. Note Gálatas 5:18: “Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”. Usted estábajo la pena de la ley si la viola como una forma de vida.
Pero una persona guiada por el Espíritu de Dios se esforzará por seguir esa ley. Cuando él ocasionalmente peque, se arrepiente y es perdonado (I Juan 1:8-19). Por virtud de la obediencia y gracia, el no está bajo lapena de la ley.
Cuando un individuo busca obedecer a Dios y viene bajo la “sombrilla” de la gracia, la sangre de Cristo justifica, o perdona, todas las transgresiones pasadas. El arrepentimiento le muestra a Dios la dirección que un cristiano elije tomar de ese momento en adelante. Estando bien con Dios por Su misericordia y perdón, un cristiano se embarca en un nuevo curso en su vida — él es salvo por la vida de Cristo, ¡no por Su muerte!
¡Considere! Sólo si Cristo ha resucitado de entre los muertos Su Espíritu puede guiar y fortalecer a los nuevos conversos, porque es el Espíritu Santo el que guía a los cristianos. Pablo escribió: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Rom. 8:14).
Esto significa que Cristo, como nuestro viviente, activo Sumo Sacerdote en los cielos, envía el Espíritu Santo a aquellos que el Padre llama y engendra. Como Sumo Sacerdote, Cristo es nuestro Intercesor y Abogado viviente, quien ve por nosotros a lo largo de la vida, a medida que buscamos vencer y perseverar hasta el fin. El hecho de que Cristo esté vivo le permite funcionar como un Abogado para los cristianos. De esta forma, somos salvos por Su vida. El arrepentimiento es un estado mental continuo. Por lo tanto, el perdón también es continuo. Además, es el Espíritu del Cristo vivo en los cristianos el que los cambiará en la resurrección (Rom. 8:14-17), para que puedan recibir la vida eterna.
Romanos 6:23 explica que la paga del pecado es muerte. Tras el arrepentimiento, bautismo y conversión, un cristiano es perdonado por la sangre de Cristo e inmediatamente es salvo de la pena de los pecados PASADOS. Por lo tanto, en cierto sentido, la persona ha sido “salva”, en ese momento, de la muerte.
Hay dos aplicaciones más de cuándo y cómo es salva una persona. La palabra salvación es derivada de la palabra salvo. Por tanto, la segunda forma es la más obvia — salvación en la resurrección al regreso de Cristo (I Cor. 15:50-55; I Tes. 4:13-18).
La tercera forma que alguien es salvo es que “está siendo salvado”. Nadie recibe la salvación en esta vida sin primero someterse a muchas tribulaciones, pruebas, aprendizaje, crecimiento y vencer. La salvación es unproceso continuo — durante toda la vida.
Note lo que Pablo escribió en Romanos 5: “Pues mucho más, estando ya justificados en Su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por Su vida” (vs. 9-10).
La salvación es el resultado de la gracia — perdón inmerecido. El llamamiento, y el don del arrepentimiento no se ganan por obras. La gracia de Dios no se gana por obras. Todo lo que los seres humanos han ganado es la muerte. Estar bajo la gracia no significa que ya hemos alcanzado la salvación. Significa que se nos ha dado el perdón inmerecido y que estamos en el proceso de vencer y perseverar. Aquellos que perseveren hasta el fin de esta existencia física son salvos — salvados de la muerte eterna. Nadie puede jactarse de que ha alcanzado la salvación en esta vida. “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mat. 24:13). Haber perseverado y vencido significa que uno ha “calificado”. También significa que uno puede descalificarse a sí mismo al fracasar en perseverar o vencer. Sin embargo, el llamamiento, la justificación — esta gracia es un don. La salvación es resultado de la gracia de Dios.
La falsa idea de “una vez bajo la gracia, ya somos salvos” no está basada en las escrituras. La gracia es la voluntad de Dios de perdonar los pecados pasados, como se resume en Efesios 1:7: “…en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de Su gracia”.
Ahora examine una escritura clave: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). La fe “no de vosotros”, fundamental para la salvación, no es su propia fe humana. Es don de Dios — la fe de Cristo en nosotros (Gál. 2:20). Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, ve hacia abajo y observa nuestra sinceridad y esfuerzo, e imparte Su fe a través de Su gracia — favor y misericordia divinos. Los que reciben esta fe no tienen razones para gloriarse de sus obras.
Note lo siguiente: “…porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por Su buena voluntad” (Fil. 2:13). Dios provee a los cristianos la fuerza de voluntad, fe de Cristo y motivación para hacer Su buena voluntad. Dios el Padre y Jesucristo han avanzado grandes distancias al proveer la gracia — favor y misericordia divina — para ayudar a los cristianos a triunfar en su llamamiento. ¡Pero ellos esperanresultados! Ese es el mensaje de Efesios 2: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (vs. 10).
¡Cuán clara se vuelve la Biblia cuando le permitimos interpretarse a sí misma! Es irónico que la mayoría de los cristianos profesos se detengan en este punto y pierdan la esencia de la declaración de Pablo.
El tema real aquí no es la gracia o las obras. Tampoco es la gracia en oposición a las obras. Ni es la gracia en lugar de las obras. Es simplemente así: Gracia seguida por obras.
Estos son algunos dones y herramientas vitales que Dios nos da en nuestra búsqueda por tener éxito y vencer:
- Gracia — justificación y perdón.
- Gracia — la dádiva de misericordia y favor de Dios.
- La fe de Cristo en nosotros.
- El Espíritu de Dios, a través del cual recibimos la fuerza de voluntad y motivación para seguir adelante.
Dios extiende gracia y ayuda a Su pueblo, pero Él espera que nosotros crezcamos en buenas obras, andando en ellas como una forma de vida. La ley de Dios es el estándar o punto de referencia que dirige el camino de los verdaderos cristianos. Guardarlos desarrolla carácter. Hacer estas cosas le muestra a Dios que la gracia que Él nos ha extendido no ha sido en vano.
Si seguimos la gracia de Dios con obras, la descripción de Cristo de aquellos que se levantarán en la primera resurrección podría aplicar a nosotros: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús” (Apo. 14:12).
¿Cuál es la comprensión bíblica de la ira de Dios?
La ira es definida como “la respuesta emocional a la percepción del mal y la injusticia,” con frecuencia traducido como “enojo,” “indignación,” “cólera,” o “irritación.” Tanto los humanos como Dios expresan la ira. Pero hay una gran diferencia entre la ira de Dios y la ira del hombre. La ira de Dios es santa y siempre justificada; la del hombre nunca es santa y rara vez justificada.
En el Antiguo Testamento, la ira de Dios es una divina respuesta al pecado y la desobediencia del hombre. La idolatría era con frecuencia la causa de la ira divina. El Salmo 78:56-66 describe la idolatría de Israel. La ira de Dios es consistentemente dirigida hacia aquellos que no siguen Su voluntad (Deuteronomio 1:26-46; Josué 7:1;Salmo 2:1-6). Los profetas del Antiguo Testamento, a menudo escribían acerca de un día en el futuro, el “día de la ira” (Sofonías 1:14-15). La ira de Dios contra el pecado y la desobediencia es perfectamente justificada porque Su plan para la humanidad es santo y perfecto, así como Dios Mismo es santo y perfecto. Dios proporcionó un camino para ganar el favor divino –el arrepentimiento – el cual aleja la ira de Dios sobre el pecador. Rechazar ese plan perfecto es rechazar el amor, la misericordia, la gracia y el favor de Dios e incurrir en Su justa ira.
En el Nuevo Testamento, las enseñanzas de Jesús apoyan el concepto de Dios como un Dios de ira que juzga el pecado. La historia del hombre rico y Lázaro, habla del juicio de Dios y las serias consecuencias para el pecador no arrepentido (Lucas 16:19-31). Jesús dijo en Juan 3:36 que, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” El que cree en el Hijo de Dios no sufrirá la ira de Dios por su pecado, porque el Hijo llevó en Él la ira de Dios cuando murió en la cruz en nuestro lugar (Romanos 5:6-11). Aquellos que no creen en el Hijo, quienes no lo reciben como Salvador, serán juzgados en el día de la ira (Romanos 2:5-6).
Por el contrario, en Romanos 12:19; Efesios 4:26 y Colosenses 3:8-10, se advierte sobre la ira humana. Sólo Dios puede vengarse porque Su venganza es perfecta y santa, mientras que la ira del hombre es pecaminosa, exponiéndose a la influencia demoníaca. Para el cristiano, el enojo y la ira son inconsistentes con nuestra nueva naturaleza, la cual es la naturaleza de Cristo Mismo (2 Corintios 5:17). Para comprender lo que es la libertad del dominio de la ira, el creyente necesita que el Espíritu Santo santifique y limpie su corazón de sentimientos de ira y enojo. Romanos 8 muestra la victoria sobre el pecado en la vida de aquel que está viviendo en el Espíritu (Romanos 8:5-8). Filipenses 4:4-7 nos dice que la mente controlada por el Espíritu está llena de paz.
La ira de Dios es algo temible y aterrador. Sólo aquellos que han estado cubiertos por la sangre de Cristo, derramada por nosotros en la cruz, pueden estar seguros de que la ira de Dios nunca caerá sobre ellos. “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Romanos 5:9).
La obediencia tiene recompensas eternas
¿Qué es “la vida de verdad” para la mayoría de nosotros, y qué tienen que hacer los hijos para disfrutar de ella?
La obediencia a tus padres protege tu “vida de ahora”, pero además hará posible que disfrutes de la vida “que ha de venir”, llamada “la vida que realmente lo es” o “la vida de verdad” (1 Timoteo 4:8; 6:19; Nuevo Testamento de José María Valverde). Para la mayoría de nosotros, “la vida de verdad” es una vida sin fin sobre la Tierra en el nuevo mundo de Dios, que él promete a quienes siguen fielmente sus mandamientos. Y entre estos, uno de los más importantes dice así: “‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer mandato con promesa: ‘Para que te vaya bien y dures largo tiempo sobre la tierra’”. Por tanto, si obedeces a tus padres, serás feliz. Tendrás un futuro seguro y podrás disfrutar de la vida eterna en un paraíso terrestre (Efesios 6:2, 3).
4. ¿Cómo pueden los hijos honrar a Dios, y cómo les beneficia hacerlo?
4 Cuando obedeces a tus padres, los honras, y también honras a Dios, ya que es él quien te da el mandato de obedecerles. Al mismo tiempo, te beneficias tú. La Biblia dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo” (Isaías 48:17; 1 Juan 5:3). ¿Cómo te beneficia ser obediente? Pues bien, tu obediencia hace felices a tus padres, y ellos sin duda te mostrarán de diversas maneras lo complacidos que están, de modo que tú también serás más feliz (Proverbios 23:22-25). Pero lo principal es que harás feliz a tu Padre celestial, y él te recompensará de formas que ni te imaginas. Veamos ahora el ejemplo de Jesús, quien ‘hizo siempre las cosas que agradaban’ a su Padre celestial, y por ello, disfrutó de su bendición y su protección (Juan 8:29).
Obedecer no es fácil
No siempre es fácil ser obediente, como lo demuestra un incidente ocurrido hace unos años. Dos niñas estaban a punto de cruzar corriendo una autopista de seis carriles. “¡Vamos, John! Vienes con nosotras, ¿no?”, le dijeron a un compañero que se dirigía a un paso elevado cercano. Al ver que dudaba, una de ellas quiso provocarlo y le gritó: “¡Eres un gallina!”. Aunque no tenía miedo, John contestó: “Lo siento, pero tengo que obedecer a mi madre”. Momentos más tarde, sobre el paso elevado, John oyó un chirrido de neumáticos y miró hacia abajo, justo en el instante en que un automóvil atropellaba a las dos niñas. Una de ellas murió, y la otra quedó tan malherida que le tuvieron que amputar una pierna. La madre de las niñas, que les había advertido que cruzaran siempre por el paso elevado, le dijo más tarde a la madre de John: “¡Ojalá ellas hubieran sido tan obedientes como tu hijo!” (Efesios 6:1).
Aprende la lección de la obediencia
¿Cómo debemos ver la disciplina que recibimos?
Cuando tu padre y tu madre te disciplinan, lo hacen por tu bien, porque te quieren. La Biblia pregunta: “¿Qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?”. ¿Verdad que sería lamentable que tus padres no te quisieran lo bastante como para dedicar tiempo y energías a corregirte? De igual modo, Jehová te corrige porque te ama. “Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo, después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.” (Hebreos 12:7-11.)
Comentario al Nuevo Testamento
Hoy hablaremos acerca de un tema que es fundamental y decisivo, como lo es “la obediencia y la desobediencia”. Dios ejerce su autoridad e impone su voluntad, porque ella es esencial en el universo. Es imposible que El ejerza su señorío, y que sea el rey y dueño de todo el universo si su voluntad no es puesta por obra. Jesús nos enseño a orar, “Venga tu reino”. Esa frase ya es definitoria; un reino es un lugar donde hay una autoridad soberana. “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mateo 6:10) En el cielo se hace la voluntad de Dios y pretende que en la tierra también se haga su voluntad.
¡Es la voluntad de Dios la que garantiza paz y prosperidad! En el reino de Dios no hay cosas como la amargura, el odio, los celos o la envidia. He hablado con un empresario que durante 10 años ha estado operando en su empresa con más de 5 millones de dólares, y hoy está pidiendo dinero prestado para poder tratarse por una enfermedad. Hoy que no tiene nada, perdió todo. Este hombre me dijo: “Yo creía que eras un “chanta”, una mala persona. ¡Y ahora estás orando por mí!” Le pregunté cuáles fueron las causas por las que perdió todo y me contestó: “Yo creo que hay mucha envidia”. Pero en el reino de los cielos no hay envidia. ¡Nadie anda con una cinta colorada para defenderse de la envidia! ¿Por qué en el reino de los cielos no hay amargura, odio, venganza, angustia, pesar o temor? Porque allí existe sólo la voluntad de Dios y donde existe la voluntad de Dios, hay paz, bendición y prosperidad. Cuando Dios no está, la prosperidad es vana, y trae maldición. Este hombre me confesó que le gustaban mucho las mujeres, ¡y hasta se fue a Tailandia a buscar mujeres! Así que perdió a su señora, perdió sus negocios, ¡perdió todo! Él era prospero, pero no sabía que estaba perdiendo todo, hasta la salud.La Biblia dice que la prosperidad de Dios bendice, y no acarrea maldición, no acarrea tristeza consigo. Hay una prosperidad que te mata, pero también hay una prosperidad que te bendice. Tenemos que entender que para que se haga la voluntad de Dios, tiene que haber gente que quiera hacer esa voluntad de Dios, es decir, se necesita gente obediente.
DIOS TE QUIERE OBEDIENTE
Hay una gracia, un favor especial sobre la gente obediente. Ojo, hay gente obediente tonta, es decir que obedece, pero obedece cualquier cosa. Ser obediente es una condición necesaria, pero no es suficiente, ya que hay algunos que obedecen a demonios y hay quienes obedecen a gente mala que guía por mal camino a otros. Dios no puede trabajar con una persona desobediente, la persona que quiere acercarse a Dios, debe ser obediente, ¡debe conocer la obediencia!
La obediencia viene a través de los tratos con Dios, con la autoridad. Hay gente que le huye a la autoridad; tengo gente que le encanta lo que digo pero no quieren acercarse a mí, prefieren estar lejos, porque tienen miedo que algún día la autoridad les diga: “¡Haz esto!” y ellos no lo sientan o no lo quieran hacer. Hay una enseñanza extraordinaria acerca del tema “autoridad y obediencia”, así como también hay enseñanzas enla Bibliaacerca de resistir a la autoridad, la anarquía y la rebelión. Cuando las personas resisten a la autoridad se convierten en personas independientes. Una persona independiente es aquella que decide hacer lo que quiere, o lo que se le da la gana. ¡No quiere ser obediente! Entonces, si todas las personas son así, lo que hay en el mundo es anarquía. La desobediencia va de la mano de la anarquía, de la rebelión, por lo tanto la desobediencia, la rebelión y la anarquía pertenecen al reino de las tinieblas. ¡En el reino de los cielos solo hay gente obediente, porque allí sólo se hace solo la voluntad de Dios!
Cuando decimos: “Venga a nosotros tu reino” estamos señalando: “Señor que se haga acá en la tierra, como se hace en el cielo. ¡Que seamos todos obedientes!” Así que es una condición esencial la obediencia, o el espíritu obediente o sujeto. La iglesia es la manifestación más clara, visible y tangible del reino de Dios en la tierra. Si hay un lugar donde se manifiesta la voluntad de Dios, es en la iglesia. En el mundo, la voluntad de Dios no se manifiesta, porque es rebelde a El. Dicela Biblia que la corriente del mundo es contraria a Dios, y que cuando nosotros estábamos en el mundo éramos desobedientes y habíamos heredado la desobediencia de nuestros padres. Hemos aprendido de ellos a ser desobedientes y rebeldes, por lo tanto éramos enemigos de Dios. ¡El Señor quiere darle al universo una dirección! Dios no hace nada sin propósito, El tiene un plan en su corazón, y es imposible que pueda cumplir sus planes si tú ya tienes los tuyos. ¡El que tiene planes propios desconoce los de Dios! El tema de la obediencia trae mucho dolor a los hombres, porque desde que Adán y Eva pecaron se convirtieron en personas independientes y desobedientes. ¡La desobediencia fue el primer pecado que existió en el mundo! Adán y Eva desobedecieron, así que la desobediencia no es un pecado cualquiera, porque por ella ha entrado en el corazón del hombre todo aquello que Dios no quería que entrara en el planeta Tierra. Cuando entró la desobediencia en el corazón del hombre, Dios tuvo que echar a Adán y Eva del Edén, un lugar que El había establecido como lugar de paz y de bendición. Asimismo, la tierra sería maldita por la causa del pecado, y produciría espinas, cardos y abrojos.
En estos días he estado buscando unas chacras para ver si abrimos un nuevo centro comunitario y he visto cómo crecen los cardos. ¡No necesitas sembrar semillas de cardo porque se multiplican solos! Si quieres tomates, debes comprar semillas de tomates y sembrarlas. Todo lo que quieres bueno, lo tienes que comprar, sembrar, cuidar, fertilizar, etc, ¡pero los cardos no necesitan nada de eso! Por la desobediencia de Adán, Dios dijo que la tierra sería maldita. “Con el sudor de tu rostro comerás el pan…” (Génesis 3:19) ¡Esto fue la consecuencia de la desobediencia!
Así que Dios se ha empeñado en establecer su reino aquí, y para ello deberá doblegar la voluntad de las personas y toda soberbia del hombre. Las personas tienen que llegar a un punto de quebranto, negarse a sí mismas y decirle a Dios: “Señor, no puedo contigo, renuncio a mi mismo, me someto a tu voluntad y me hago tu siervo”. Hablamos mucho de “siervo de Dios” pero no entendemos qué significa realmente la palabra “siervo”. Si estuviésemos en la época de los romanos, los griegos o de los asirios, entenderíamos más el significado de esa palabra, pero como estamos en democracia, en ella no existe la palabra “siervo”, porque en la democracia el soberano no es Dios, sino el pueblo. En la democracia tú eres el estado, tú eres el que gobierna, pues con tu voto decides quién va a gobernar. ¡El hombre es el que decide, no Dios! Pero en el reino de los cielos, Dios es la autoridad y por lo tanto El es quien decide todo.
El lugar por excelencia donde Dios establece su reino, es la iglesia; fuera de ella no hay obediencia. Dice la Biblia: “Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies”. (1ª Corintios 15:25). ¡Los que no hacen la voluntad de Dios son sus enemigos! ¡Quien pone por obra sus propios planes y deseos se constituye en enemigo de Dios! Dicela Biblia que éramos enemigos de Dios en nuestra mente (en nuestros pensamientos). Así que para establecer su reino en la tierra, Dios levanta la iglesia y en ella, El manifiesta su voluntad. Dentro de la iglesia hay un orden establecido, y El levanta autoridades, tales como apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros, diáconos, colaboradores, para que el pueblo de Dios aprenda y esté bajo autoridad.
2ª Pedro capítulo 2, versículos 9 al 11dice: “9sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; 10y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor”
Los ángeles, que ven la autoridad de algunas personas (y teniendo en cuenta que las autoridades humanas son injustas también), no van delante de Dios a hablar mal de ellas. ¡Los ángeles no acusan a las autoridades! Tiemblan, aún considerando que ellos son mayores en fuerza y en poder. Continúa diciendo este pasaje de la Biblia: “Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición,” En el libro de Judas, versículos 8 al 10 dicen: “de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores. 9Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda. 10Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales”. Aquí aparece el mismo concepto; el arcángel Miguel estaba luchando contra satanás y no abrió su boca contra la autoridad de satanás. Solamente le dijo: “El Señor te reprenda”.
EN LA OBEDIENCIA HAY BENDICIÓN
No puede haber prosperidad, no puede haber buen ánimo, no puede llevarse adelante un buen proyecto, cuando las personas hacen lo que se les da la gana. Para enviar un satélite al espacio, tiene que haber un orden de autoridad establecido; no es que cada uno hace lo que se le da la gana. Lo mismo para hacer un edificio, deben haber ingenieros especializados que diseñan las cosas y determinan dónde estarán ubicadas. ¡No podemos meter los caños o los cables donde se nos da la gana! Me acuerdo cuando me encomendaron hacer una instalación de gas (todavía no sabía bien de estas cosas) en un edificio de 10 pisos, y yo me preguntaba: “¿Por dónde subo el caño?” Encontré un lugar en la caja del ascensor, así que desde abajo hasta arriba puse un caño grandote. Cuando fuimos a probar eso me dijeron que estaba loco, que podía envenenar a la gente con una pérdida de gas, e incendiar el edificio. ¡Hay cosas que ya están pensadas! Como dice el dicho popular, “cuando tú vas, Dios ya está de vuelta”.
El desobediente hace lo que quiere, lo que le parece, e ignora la autoridad y la voluntad de Dios; en el mejor de los casos dice: “Yo no sabía” y se queda tranquilo creyendo que porque no sabía no ha pecado. Pero quien no hace la voluntad de Dios por ignorancia, está pecando contra Dios y se constituye en su enemigo. ¡Dios no te permite ser ignorante! El no está de acuerdo y no justifica la ignorancia. ¡Debes conocer la voluntad de Dios! Y para que tú aprendas autoridad, Dios pone autoridades sobre ti, para que te doblegues y para que seas humilde y obediente. Porque los humildes entrarán en el reino de los cielos, ¡no los soberbios!
Un desobediente es soberbio, orgulloso, rechaza la autoridad. La Bibliadice, según estos pasajes bíblicos que hemos visto, que los que rechazan la autoridad, blasfeman (hablan mal, o dicen cosas malas) de las potestades superiores. Es decir, una de las manifestaciones de la desobediencia es lo que sale de los labios. Una persona que ha tenido un encuentro con la autoridad de Dios, y con la autoridad humana, tiene temor de hablar mal de las autoridades. Así que uno de los medios a través de los que podemos ver si alguien es desobediente o no, es observando cómo habla de las autoridades. ¡Quien ha sido tratado por Dios, tiene sumo respeto por las autoridades! Dice la Bibliaque no hay autoridad, sino es de parte de Dios y las que han sido puestas, por él fueron establecidas. Así que quien resiste a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste. (Romanos 13:1-2). Algunos dicen: “No, yo obedezco a Dios, nadie me va a estar diciendo lo qué tengo que hacer. Jehová es mi pastor, ningún pastor terrenal es mi pastor”. Yo me pregunto: ¿Y a mí quien me habrá puesto? Si yo no ejerciera autoridad, estaría desconociendo la voluntad de Dios sobre mi vida. Estoy convencido que fue Dios quien me levantó, porque yo sé muy bien que no quería ser pastor, ¡no quería ser autoridad! Se muy bien que quería manipular la autoridad, quería secundar o ayudar a la autoridad, pero no quería estar en autoridad. ¡Así que yo lo tengo bien claro, que fue a Dios a quien se le ocurrió que yo fuese pastor! En los pasajes que hemos visto, en 2ª de Pedro 2:10 dice: “…Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores…” ¡Los desobedientes hablan mal! Hay algunos que son calladitos, no confrontan la autoridad, pero por detrás hablan. La lengua es el miembro por donde se escapa lo que hay dentro del corazón. Jesús lo dijo así: “…de la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34). Así que hay algunos que hasta parecen “mosquitas muertas” y parecen obedientes, ¡pero después hablan! Los desobedientes no solamente hablan mal de las autoridades, sino que resisten, rechazan y hacen cosas fuera del control de la autoridad.
Conclusión: ¡En el mundo no hay obediencia! El esquema del mundo comenzó a materializarse desde el mismo momento que Adán y Eva desobedecieron. ¡En el mundo reina la desobediencia! Y el príncipe que reina en el mundo es desobediente e inculca la desobediencia. Entonces, el ambiente natural para aprender obediencia es la iglesia. Hay gente que dice: “Pastor yo me fui de la iglesia pero no estoy mal con Dios, solamente estoy mal con la iglesia”. ¡Solamente estás mal con la novia de Jesús! ¿Podrá llevarse bien conmigo alguien que rechaza a mi esposa? Te guste o no te guste, la iglesia es la novia de Jesús. Es el ámbito natural donde el Señor pone a sus miembros bajo autoridad, donde los ciudadanos del reino de los cielos comienzan a aprender la obediencia. ¡Sin obediencia es imposible que Dios te muestre su voluntad!
Supongamos que tengo 6 personas que trabajan conmigo, pero uno de esos 6 es terrible desobediente y estoy totalmente convencido que ese no va a hacer lo que yo quiero. Ese desobediente me dice: “Dígame qué es lo que quiere que haga”. ¿Para qué te voy a decir lo que quiero si igual no me vas a hacer caso? El desobediente quiere protagonismo, quiere un lugar, quiere ser reconocido; lo que él no quiere es reconocer la autoridad y no quiere ser obediente, por lo tanto quien está en autoridad resiste a los desobedientes. La autoridad atrae a sí a los obedientes. El obediente tiene mucho que ganar porque va a ganar honra, se le darán más responsabilidades, más cargas, pero va acrecer más, va a madurar más, va a aprender más, será reconocido y tendrá más autoridad. ¡Y el desobediente anda buscando lugar donde ser autoridad! Yo he tenido gente así, y como no ha encontrado ese lugar aquí se ha ido a otra iglesia donde fueron reconocidos. ¡Lo han puesto de pastor en una iglesita de 4 miembros! El desobediente no anda buscando la obediencia, ni la voluntad de la autoridad sino ser reconocido y estar en autoridad. Pero la persona sujeta y obediente no está buscando un lugar de autoridad, porque ese lugar le es dado por Dios. ¡El Señor da autoridad a las personas! No tienes que andar buscando autoridad, sino obediencia.
Las personas obedientes buscan quién es la autoridad en determinado lugar, se ponen bajo esa autoridad y la obedecen. Esas son personas apacibles, templadas, han sido doblegadas, quebrantadas, se han humillado, son personas dulces. Los obedientes no son personas pisoteadas, ¡son gente honorable! Una persona tratada por Dios, ha sido ablandada por El para que sea obediente. La persona obediente ha logrado renunciar a sus derechos, a sus planes y trabaja denodadamente por conocer y hacer los planes de Dios.
Para llevarnos a la obediencia, Dios nos hace padecer. Dice la Bibliaque Jesucristo por lo que padeció, aprendió obediencia. El Padre doblegó a Jesús hasta lo sumo; lo llevó a la obediencia, hasta la muerte y muerte de cruz. Y dice la Bibliaen Filipenses 2:5-9: “5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra…”
¡Dios lo exaltó por obediente! Lo que más honró al Padre fue la obediencia de Jesús. El tema de la obediencia es fundamental e importantísimo enla Biblia.LaBiblia es un libro que trata de la autoridad de Dios sobre el universo, y nos enseña que El es Señor y dueño de todas las cosas, y que juzgará a los desobedientes, a los pecadores. Un pecado es algo que uno hace en contra de la voluntad de Dios. Si yo hago algo en contra de su voluntad, le estoy desobedeciendo. Pecado es ir en una dirección distinta de la que Dios quiere. ¡Todo pecado es desobediencia, es rechazo a la autoridad, es resistir a la voluntad de Dios! Por lo tanto debemos llegar al punto de desear que Dios trate con nosotros, porque El no nos transformará en obedientes con una oración. El puede comenzar el trato contigo a partir de una oración, pero no te va a transformar en obediente con un toque de varita mágica. Solamente cuando le digas: “Señor, quiero que operes en mí, declaro que tú eres mi Señor, quiebra lo que tengas que quebrar, haz conmigo lo que tengas que hacer. Quiero que me doblegues al punto de agradarme el hacer tu voluntad”. ¡Sólo así Dios te transformara en obediente!
La Bibliadice que la voluntad de Dios es agradable y perfecta. A mí me parecía que iba a ser un infeliz en Uruguay y aquí estoy. Conocí una cantidad de pastores que eran unos pobrecitos, sus esposas les gritaban, les mandaban, sus miembros se rebelaban contra ellos, así que yo decía: “¡No! ¡Yo pastor no quiero ser ni loco!” Para colmo me crié en una iglesia donde el pastor era un empleado. Nos reuníamos todos y decidíamos qué iba a hacer y qué no iba a hacer el pastor. ¡Hasta votábamos el sueldo que iba a ganar! Yo tenía la imagen del pastor, como la de un desgraciado que tenia que hacer votos de pobreza y andar con los zapatos agujereados. “¡Yo quiero ser empresario!”, decía. Se muy bien lo que era ser rebelde, porque yo era un terrible diácono rebelde, o mejor dicho, era “diablócono”. ¡Yo mandaba en la iglesia más que el pobre pastor!
EL EJEMPLO DE CAM
Cam fue uno de los que despreció la autoridad. El fue uno de los tres hijos de Noe. Después del diluvio, cuando se estableció todo, dice la Bibliaque Noe plantó una viña y se hizo un vino, del que tomó hasta emborracharse y desnudarse. Entonces Cam, cuando lo vio desnudo, se rió de él y llamó a sus hermanos para que lo vean en esa condición. Pero Sem y Jafet se turbaron, mas no vieron a su padre desnudo, sino que entraron de espaldas con una tela y lo cubrieron. Después se supo cuál fue la actitud de Sem y de Jafet, y cuál fue la actitud de Cam frente a la autoridad. Conclusión, Noe profetiza y dice: “Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos… Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo” (Génesis 9:25-27). La descendencia de Sem, son los semitas, de donde proviene el pueblo judío. Dios le habló a Abraham y le dijo: “Vete de tu tierra y de tu parentela, a la tierra que yo te mostraré. Le voy a dar a tu descendencia la tierra de los cananeos”. ¡Así que todo lo que Noe profetizó se cumplió hasta el día de hoy! Sem habitó en las tierras de Canaán. Cam despreció la autoridad de su padre, se burló de él, divulgó el error, el pecado de su padre, salió a hablar de él, ¡por eso Cam acarreó maldición!
Una de las evidencias del espíritu sujeto y obediente es callarse la boca respecto de las autoridades y tener temor de Dios respecto de hablar de las autoridades. Eva agregó palabras a las palabras de Dios. Dios le dijo a Adán: “De todo árbol del huerto podrás comer; 17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). Luego el diablo le dice a Eva: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3:1). Y Eva le responde: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3:2-3) Dios no dijo: “No comeréis, ni le tocaréis”, sino que dijo: “No comerás”.
Otra evidencia de que una persona no tiene temor de la autoridad, es no escuchar bien lo que dice la autoridad. Jesús se esforzaba para que los discípulos lo atendieran, porque no le entendían, ni le escuchaban bien. ¡Él les decía continuamente que tenían que prestar atención! Jesús decía de continuo:“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 11:15). A la persona desobediente, que rechaza la autoridad, le es fácil quitar o agregar palabras a lo que la autoridad dijo y tergiversar el sentido y el espíritu de lo dicho por ella. Una de las luchas más grandes que tengo como pastor, es que la gente escuche y entienda lo que le digo. Cuando la gente no escucha bien, o no entiende bien, no obedece bien. Tú dirás: “No pastor, desobediente no, descuidado”. Bueno, las personas descuidadas son desobedientes. Fácilmente terminan haciendo otra cosa. Todos los días me pasan cosas como ésta: Le dejo indicaciones a alguien para que haga un trabajo de determinada forma y cuando regreso, hizo todo al revés de lo que le pedí. ¡Necesito desesperadamente tener gente cerca de mí que quiera escucharme! ¿Quién es obediente? ¡El que escucha, entiende y ejecuta! Los que hacen eso, son los que están cerca de mí. Con Dios sucede lo mismo, Dios necesita a quien escucha su voz, por lo tanto en la iglesia se establece una especie de decantamiento de personas: Los más obedientes son los que están más cerca de la autoridad.
Un día, un grupo de príncipes de Israel, se cansaron de la autoridad de Moisés. Dice la Bibliaque no hubo persona más mansa sobre la tierra, que él. El caballo manso va a donde tú quieras, pero el caballo chúcaro te lleva a donde él quiere; es decir, el manso es obediente, y el chúcaro es desobediente. Y resulta que se cansaron de la autoridad de Moisés diciendo: “Este hombre se ha enseñoreado de nosotros. ¿No somos nosotros también representantes de Dios? ¿Pero qué se cree Moisés? ¿Así que hay que hacer lo que él quiere? ¿No ha hablado Jehová también por nuestra boca?” Entonces se formó una rebelión de 250 príncipes, y no cualquiera, los mejores príncipes de Israel. Tan grande fue la rebelión, que Moisés se arrodilló, y orando dijo: “Señor, no los escuches”.
Moisés era uno que no quería estar en autoridad, Dios lo obligó a estar en autoridad. Cuando era joven quiso ser autoridad y mató a un egipcio que estaba golpeando a un hebreo, así que tuvo que huir de Egipto y estuvo 40 años en el desierto cuidando ovejas. Se olvidó que era líder, ¡estaba totalmente doblegado! ¿Sabes lo qué es estar 40 años pastoreando ovejas en el desierto? Día tras día cuidando las ovejas… ¡los días de Moisés eran aburridísimos! Él se había criado con la hija del faraón, en el palacio real; había sido enseñado en las ciencias de los egipcios y ahora andaba como un caminante por el desierto, hasta que Dios lo llamó desde la zarza ardiente. El Señor le dijo: “He oído el clamor de mi pueblo, te voy mandar a que hables con el faraón”. Moisés le responde: “¿Quién, yo? Pero si yo no tengo palabras, ¡soy tartamudo!” Dios le dice: “Yo pondré palabras en tu boca”. ¡Él no quería estar en autoridad, había fracasado como autoridad!
CONCLUSIÓN
El tema no es que alguien quiera estar en autoridad, sino que es Dios quien pone en autoridad. Dios es el que levanta, ¡no tú! A quien quiere Dios levanta, y a quien quiere aplasta. Jehová lo había vuelto manso allí en el desierto, cuidando ovejas durante 40 años. Me imagino que Moisés se preguntaría: “¿Qué quiere Dios conmigo? ¿Para qué vine al mundo? Bueno, Dios me ha traído a cuidar ovejas”. ¡Pero no! ¡Dios lo estaba amansando en el desierto! Dicela Biblia que era el hombre más manso de la tierra.
Moisés dijo: “Mañana nos juntamos en el tabernáculo de Dios y ahí veremos quién es la autoridad y quién no”. Ordeno que Coré, con todo su séquito, con toda su familia y todo su ganado se presentaran delante de Dios. ¡Y Jehová abrió la tierra y fueron tragados todos, porque se habían revelado contra la autoridad! Algunos creen que solamente Dios es la autoridad, pero Dios sostiene, juzga, trata y defiende a quien pone en autoridad. Así que quien no quiere estar bajo autoridad, a lo establecido por Dios resiste. ¡Así lo dicela Biblia!
Y podríamos seguir hablando de rebeldes. Saúl fue un rey a quien Dios mandó exterminar a los amalecitas y le dijo que tenían que morir los hombres, las mujeres, los niños y las bestias. Es decir, no dejar nada de los amalecitas. Pero Saúl destruyó a los amalecitas y tomó lo mejor del ganado para darle a Jehová una ofrenda especial. Muy contento, Saúl se encuentra con el profeta Samuel y le dice: “He hecho lo que Dios me mandó”. Y Samuel le responde: “¿Y qué son esos mugidos que oigo? ¿No te mandó Jehová a matar todo?” Saúl le respondió: “Es que lo apartamos para hacer un lindo asado y ofrecérselo a Jehová. Pero no fui yo, fue el pueblo”. Samuel le dice: “Tú no quieres obedecer lo que Dios te dice, por tanto, El ha decidido cortarte del reino”. ¡Saúl perdió el reino por un asado!
¿Te das cuenta qué importante es la obediencia enla Biblia? Es momento que hagas esta oración: “Padre mío, ahora me estás permitiendo ver qué importante es tener un espíritu obediente. Perdóname Señor, te lo suplico. Llévame hacia la obediencia, obra en mí hasta que mi obediencia sea completa y perfecta. ¡Acepto que tú cortes todo lo que tengas que cortar y quebrantes todo lo que tengas que quebrantar! ¡Haz de mí una persona obediente! En el nombre de Jesús hago esta oración, amen”.